Sobre la vulnerabilidad y la fuerza

No hace muchos años atrás, pude ver una exposición de arte hecha por jóvenes recluídos en centros de menores, debido a haber cometido todo tipo de infracciones, unas más leves, otras más graves.

El título de esa exposición era : "The Strength & Vulnerability Bunker.

Art by Offenders, Secure Patients and Detainees" El búnker de la fuerza y la vulnerabilidad. Arte hecho por infractores, pacientes recluídos y personas privadas de libertad" (Southbank centre)

Solamente el título ya captó mi atención como un imán, ya que las palabras que habían elegido contenían en sí mismas algo que llevaba tiempo tratando de expresar, y que de hecho había compartido con alguna persona de confianza.

La exposición era muy cruda, pero sencilla y cercana a la vez. No tenían formación artística,

era considerado "outsider art".

Estos jóvenes mostraban sus dilemas, sus conflictos, sus necesidades. Sus errores, sus miedos.

Pero aunque duro, el recorrido por sus trabajos era esperanzador.

Y era una esperanza que se sentía desde dentro, no era una postura.

Surgía casi de la brutal honestidad con que mostraban el miedo que tenían a quedarse solos,

a haberse equivocado, a no haberlo sabido hacer mejor... creo que desde la misma sinceridad con que te enseñaban sus intentos, emergía una sensación de potencia, de fortaleza.

Había todo tipo de emociones en sus trabajos.

Y pude sentir que las compartían desde el humilde anhelo de sobrevivirse a sí mismos.

Podías ver potentes trazos, tímidos sombreados, orgullosos retratos... todo tipo de estilos y técnicas,

historias contadas más abiertamente, otras más insinuadas, algunas acaso susurradas entre los colores.

Pero allí estaban, mostrando su relato. Yo trataba sólo de observar, aunque inevitablemente mirara a través de mis ojos, de mis significados.

Me llenó y me llena de mensajes que me hacen pensar: ¿cómo de preparados estamos para asumir lo que necesitamos? ¿sabemos manejar la responsabilidad de hacer daño a otra persona? ¿vemos la relación entre las necesidades y los sentimientos, entre las corazas y las espinas, entre cómo los contextos influyen en la manera en que cada historia cobra vida, o quizá muere? ¿Qué me separa de las historias que vi en esos cuadros: el contexto, el privilegio, el azar, qué proporción de cada ingrediente es necesaria?

La culpa, la tentación, la rabia, la impotencia, el desprecio, al arrepentimiento, el miedo, el amor...

en algunas de las obras que estos jóvenes habían creado, tomaban forma y eran contenidas cada emoción y lo que ellos pensaban sobre esas emociones, es decir, sus sentimientos. A veces desde la más sutil

forma de síntesis, siempre desde el valor.

Es desde ese recuerdo que quisiera hoy compartir con los que ahora leáis esto, que agradezco a esos jóvenes, en su mayoría adolescentes, la franqueza con que se expresaron.

Aquellas dos palabras del título, son quizá parte de un mismo contínuo. Es cierto que sin las circunstancias mínimas para poder expresar la vulnerabilidad, uno/a se queda tan expuesto que pareciera estar desnudo en plena calle. Indicando además cuáles son los puntos más frágiles donde poder ser atacado/a.

Por esto el trabajo de poder conectar con estas partes más indefensas de cada uno/a ha de hacerse mientras te sientas sostenido, cuidado, contenido. A veces uno/a no puede "acunarse" a sí mismo, aunque fuese eso lo que tanto echase de menos... por eso, por seres frágiles y sociales que somos, y dentro de nuestra unicidad y diferencia, compartimos la necesidad de ser sostenidos por otra persona en algún momento. Y desde ahí, desde ese espacio de confianza, y desde ese coraje que implica mostrar tu indefensión, poder volver a sostenerte tú.

En el vídeo que veréis un poco más abajo, Brené Brown habla precisamente de esta palabra: la vulnerabilidad. Es una palabra que pienso ha sido disfrazada o utilizada a merced de, como muchas veces ocurre, lo que interese dibujar como "débil vs. fuerte". Asociando el polo izquierdo de este constructo generalmente a aquello que construyamos como mujer, niño/a, inmigrante, refugiado, despojado, expatriado, marginal, ilegal, pobre, raro,incapaz, discapacitado.

feo, "needy", ... Todo ello construcciones, claro está. Que dependen también no sólo del campo semántico personal de cada una/o sino también del momento histórico, social y político y las connotaciones vinculadas a lo que es ser débil, fuerte, y mirando más allá, quizá también a lo que es considerado como imperfecto o perfecto.

Si vamos a la palabra, podemos ver que habla de "la cualidad de ser vulnerable, es decir, susceptible de recibir lesión, física o moral" .

Mostrar esta cualidad, implica por lo tanto mostrarse a uno mismo sin escudos frente a otro.

¿Necesitaremos primero mostrarnos quizá sin escudos ante nosotras/os mismos? ¿cómo me hace sentir eso, más débil o más fuerte? ¿somos capaces de ver esta supuesta "imperfección" entre nosotros, o verlo en el otro me da miedo? ¿qué es para mi ser perfecta/o entonces? ¿qué es lo que me da miedo?

Os invito a ver el video a continuación, y a daros un espacio para acunar esa parte de vosotras/os que se muestra sin escudo, aunque sólo sea por un instante,

Ese coraje que vi en esa exposición lo veo a diario en las personas que vienen a sesión,

y lo veo también muy de cerca en las personas de mi vida personal que abren su corazón y muestran su pena y su rabia, en la manera que pueden, pues en esto tampoco hay manuales.

Pena por lo que sufrieron, incertidumbre por lo que está por venir, dolor incluso físico por las personas que ya no les acompañan en sus vidas, quizá porque el vínculo entre ellas ha cambiado, o porque esa persona ha fallecido, aunque viva dentro de ellas..., miedo a no volver a hacer algo que tanto disfrutaban, inquietud por no poder avanzar, angustia por no poder parar...

A estas personas les agradezco su coraje por dejarse ver, y por atreverse a sentir.

Cada una a su manera, me recuerdan cada día cómo estar conectada a la vida.

Y lo que es más importante, me enseñan a cómo dar pasos pequeños para levantarse cada mañana.